PROTEGER A LOS MÁS VULNERABLES
Los geriátricos se volvieron un arma de doble filo en cuarentena
El COVID-19, las medidas implementadas por el Gobierno y el aislamiento en las residencias, no son garantía de protección para los adultos mayores.
Por: Camila Dalla Pozza
Ante la pandemia, los geriátricos se convirtieron en lugares muy riesgosos, pues una sola infección podría afectar a todos allí. En Europa, más de la mitad de las 110.000 muertes por COVID-19 registradas fueron de adultos que residían en geriátricos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para evitar repetir la historia de Europa, en la Argentina, los geriátricos se vieron obligados a una cuarentena total; sin visitas de familiares, kinesiólogos o terapistas.
En presencia del COVID-19, cualquier persona con más de 60 años pertenece a la población de riesgo junto con los enfermos de afecciones crónicas y embarazadas, según el Estado argentino. El peligro de contraer la enfermedad aumenta con la edad, el estado de dependencia y los problemas de salud. Debido a un déficit inmunológico, en un contexto sin pandemia, estas personas son más vulnerables y su riesgo de mortalidad es mayor que el del resto de la población.
En un principio, el personal de los geriátricos no cumplía con el aislamiento social porque una vez cumplidos sus turnos, regresaban a sus casas. Esto provocó que muchos enfermeros, que portaban el virus, contagien a los residentes. Aquellos geriátricos que presentaron infectados, debieron testear a todos, y evacuar inmediatamente. En consecuencia, no tuvieron otra opción que respetar el aislamiento. Hasta ahora, al menos quince instituciones dieron positivo al coronavirus y sufrieron una tasa alta de muertes.
El Ministerio de Salud porteño informó sobre la situación sanitaria de la Ciudad
Fuente: www.buenosaires.gov.ar
Crédito: Camila Dalla Pozza
A pesar de que el aislamiento tenga como objetivo minimizar los casos de coronavirus, este abre sus puertas a otras complicaciones para los ancianos. El confinamiento puede afectarlos psicológicamente y ser perjudicial para su salud. “La angustia no solo afecta su inmunidad, sino que puede reducir su motivación a mejorar y alterar sus patrones de sueño o alimentación”, informó Ana Sinclair, licenciada en psicología. Al mismo tiempo, esto puede generar que no quieran tomar la medicación o salir a caminar.
Además, el deterioro muscular causado por la falta de actividad física presenta un nuevo desafío: preservar su autonomía. “Si el paciente no se trata, no hace ejercicio y no se mueve, este se atrofia y pierde movilidad”, afirma Facundo Sannez empleado del centro de rehabilitación Koena. Lo más común es que los ancianos pierdan la estabilidad, se caigan y se lastimen la cadera o las muñecas. Él asegura que la rehabilitación busca que ellos recuperen el volúmen y la fuerza muscular para que repongan la movilidad y no vuelvan a lastimarse. No obstante, continuar con la rehabilitación implica exponerlos al virus.
Por último, por miedo a contagiarse, muchos dejaron de tener consultas con sus médicos. La continuidad del cuidado por parte del profesional es de suma importancia. Además, la disminución del personal y la ayuda externa, fragiliza la atención de ellos. Todo esto puede derivar en que se deshidraten o desnutran y aquellos con enfermedades crónicas, empeoren o pierdan sus avances.
Por otro lado, el PAMI creó una comisión de expertos y un protocolo sanitario para monitorear la evolución del coronavirus en las geriátricos. Así mismo, brindó recomendaciones para estas residencias a través de un informe. A su vez, el Estado creó un protocolo de actuación para prevenir y manejar los casos. Sin embargo, gran parte de las instituciones no cuenta con las herramientas necesarias para poder respetar las medidas y contener el virus.
La cuarentena en la Argentina superó los 85 días y la cura de la enfermedad sigue sin aparecer. Si bien los geriátricos son un lugar de protección, hoy también representan una gran amenaza. Para poder acompañar a los mayores, el Gobierno recomienda mantener contacto con ellos al menos una vez por semana. En caso de no tener un familiar en un geriátrico, se pueden hacer donaciones de mantas, lanas, pañales y otros bienes necesarios. En este momento, se debe velar por el bienestar de esta generación que toda su vida cuidó de los jóvenes.
En caso de emergencias, contactarse
con PAMI - https://www.pami.org.ar/emergencias
Para más información sobre el cuidado de adultos mayores -
Comments